Apenas quedaba nada de las plantas nocturnas debido a la deslumbrante luz del sol. Perelín, la selva nocturna, se disolvía en un desierto. Moriría de sed si no lograba salir de allí. Ya no se sentía indispuesto. Traza tres gigantescas letras en la arena. Ve algo extraño, pero al final domina su miedo. Era Graógraman,.
No hay comentarios:
Publicar un comentario